La evidencia de los sueños y visiones dadas por Dios no aparecen de un día para otro; son como una semilla plantada que requiere cuidado nutrición y protección hasta que crece y da su fruto. Así esta, iglesia Impacto de Dios que hoy vemos, es el fruto de un sueño, una visión que alguien tuvo y que luego traspasó a ustedes. Para que esa semilla sembrada por él, y quienes le acompañaron en ese entonces, fuera cuidada abonada y protegida por ustedes bajo la sabia dirección del Espíritu Santo. Cumpliéndose así 1Corintios 3.6: Yo sembré a polos regó pero el crecimiento lo da Dios, y Salmos 126. 6: Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, más volverá a venir con regocijo trayendo sus gavillas. Aquí podemos ver que no hay ganancia si no hay inversión, y aunque a veces nos quejamos por las inclemencias de los enemigos que se encargan de sembrar cizaña en el campo de acción de Dios, si no hubiésemos invertido en ésta siembra, hoy no estaríamos cosechando ni celebrando 11 años de victorias; porque además de mucho dinero se han invertido horas de sueño para estar en una vigilia, días sin comer para estar en un ayuno, días que pudieron ser de recreación o para compartir en familia, para estar en una actividad espiritual dejando nuestras casas con su comodidad, para ir al servicio donde Dios nos llame. A veces en medio de aflicciones angustias dolores decepciones pero como dice Hebreos 11. 3 4: sacando fuerzas de debilidad, y confiando que el trabajo en el señor no es en vano. Por esto entendemos que todos fuimos creados y llamados para hacer cosas grandes en el lugar donde Dios nos ha puesto para gloria de su nombre; todos tenemos el poder de ser un gran alguien en las manos de Dios porque por insignificante que parezca el trabajo que hagamos en la obra, el solo hecho de ser para Dios eso lo hace grande. Y así como hay una gran esposa, un gran esposo, una gran madre, un gran padre, un gran profesional, un gran empresario entre otros, también hay grandes hombres y mujeres de Dios que hacen posible la realización de grandes propósitos para la Gloria de Dios. De manera que Dios bendiga de una manera especial a todos mis hermanos presentes, otros ausentes quizás por qué han ido otras congregaciones, otros porque han sido llamados por el señor, pero de una u otra manera han colaborado en el cuidado, nutrición y protección de esta gran obra que les fue encomendada. Así que Dios bendiga a esa gran esposa que ha sabido evadir todos los obstáculos y dificultades que se encuentran en este difícil pero hermoso camino del Señor; que sabe reír cuando hay que reír, pero que también sabe llorar cuando hay que llorar. A esa gran directiva que sin ser unos intelectuales ni estar dotados de grandes conocimientos han sabido hacer su trabajo para que la obra de Dios, la iglesia, se mantenga estable. A esas grandes dependencias como son sociedad de jóvenes de damas escuela dominical, que han aportado incondicionalmente sus talentos y habilidades para ponerlos al servicio de esta congregación. A esos grandes músicos que aunque no lo sean por estudio o capacitación han entendido que Dios nos ha puesto a ejecutar un instrumento para Él. A esos grandes niños que por fe serán la generación de relevo, mientras no venga el señor. Y por último ese gran pastor que ha tenido que dejar que el Señor moldee su carácter para convertirlo en un puente para que otros crucen ese gran abismo de la tierra al cielo. En fin, son un gran equipo donde cada quien debe estar ocupando la posición que nuestro gran estratega el Espíritu Santonos ha puesto. De esta manera seguiremos logrando captar la atención de nuestro Dios y él se encargará de ensanchar nuestro territorio. Isaías 54.1. Y no olviden que construir un buen testimonio lleva años, pero se puede destruir en un minuto.
Dios les bendiga.